miércoles, 2 de junio de 2010

FELIPE IV


El 8 de abril de 1605, en Valladolid, nació Felipe IV, fruto del matrimonio de Felipe III y Margarita de Austria.

En 1615 se casó con Isabel de Borbón con la que tuvo al príncipe Baltasar Carlos y a la infanta María Teresa, futura esposa del rey de Francia Luis XIV, cuya unión propiciaría en 1700, el acceso de los Borbones al trono de España.

Tras la muerte de Isabel en 1644 y del príncipe heredero en 1646 el reino quedaba sin heredero y propició Felipe IV contrajera segundas nupcias con su sobrina Mariana de Austria en 1649 de cuyo matrimonio sólo la infanta Margarita Teresa y el que sería heredero del trono, Carlos II llegaron a la edad adulta. Además de estos hijos, tuvo diversos hijos naturales, siendo el más famoso y reconocido Juan José de Austria, fruto de las relaciones del monarca con una actriz conocida como la Calderona.

Durante el gobierno de Felipe IV se acrecentó el proceso decadente de la Monarquía Hispánica. A pesar de ser un rey inteligente y preparado para el gobierno era débil e indeciso, y su entrega al trabajo, era contrarrestada por su desmesurada tendencia a las diversiones cortesanas. Muy aficionado a las artes, fue un verdadero mecenas, propiciando la creación literaria, artística y teatral. Su reinado fue un periodo de lujo, fiestas y exaltación de la corte.

Al igual que su padre, cedió los asuntos de Estado a validos, entre los que destacó Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, quien supo ganarse al joven monarca y así le confío el poder siendo valido del rey desde 1621 a 1643. A partir de este año la confidente del rey sería Sor María Jesús de Ágreda, con quien mantuvo correspondencia hasta el final de su vida.

Olivares intentó recuperar el prestigio y restablecer la hegemonía de España en Europa afianzando más la uniformidad institucional de la monarquía. Durante su reinado se participó en la guerra de los Treinta Años, y se reanudó la guerra en Flandes sumándose estos conflictos a las reformas del interior del país. La crisis llegó debido a la falta de recursos y a la intervención de Francia en la guerra. Tras La Paz de Munster en 1648, se perdieron las provincias del norte de los Países Bajos.

Ya en los últimos años de su reinado y acabados ya los grandes conflictos, tuvo lugar la derrota de Montes Claros o Villaviciosa, trayendo consigo la pérdida de Portugal. Meses después Felipe IV moría en Madrid el 17 de septiembre de 1665.


FELIPE III

Rey de España y Portugal (Madrid, 1578-1621). Era hijo de Felipe II, a quien sucedió en 1598. Aficionado al teatro, a la pintura y -sobre todo- a la caza, delegó los asuntos de gobierno en manos de suvalido, el duque de Lerma; por influencia de éste, la corte española se trasladó temporalmente a Valladolid (1601), volviendo luego a su sede de Madrid (1606). Al morir Lerma en 1619, le sucedió en el valimiento su hijo, el duque de Uceda, si bien el rey impidió que alcanzara un poder tan ilimitado como había tenido su padre.

A lo largo del reinado se sucedieron las reformas institucionales para solucionar los problemas de corrupción e inoperancia que aquejaban a la administración de la Monarquía: aparte de los cambios introducidos en el tradicional sistema deConsejos, se extendió cada vez más el recurso a lasJuntas, órganos destinados a mermar el poder de aquéllos en favor de un gobierno más ágil y coherente, pero que no produjeron el resultado apetecido (Junta de Guerra de Indias, Junta de Desempeño, Junta de Hacienda de Portugal…).

Los problemas financieros, que se arrastraban desde el reinado anterior, hicieron al rey dependiente de las Cortes, a las que hubo de reunir con más frecuencia que sus antecesores para que le otorgaran los recursos imprescindibles para mantener la acción exterior de la Monarquía(servicios de millones). Por último, en la política interior de Felipe III hay que destacar la expulsión de los moriscos (1610), que liquidó el problema creado en tiempos de Felipe II, al esparcir por toda la Península a los musulmanes granadinos derrotados en la Guerra de las Alpujarras; dicha expulsión tuvo efectos económicos muy negativos.

Con Felipe III se inicia la serie de los llamados «Austrias menores», monarcas de la Casa de Habsburgo en el siglo XVII, bajo los cuales se produjo la decadencia del poderío español en Europa. Los inicios del reinado se caracterizaron por una línea pacifista, obligada por las dificultades financieras: en 1604 se firmó la Paz de Londres con Inglaterra; en 1609 la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas de los Países Bajos; la paz con Francia, que Felipe II había concertado en sus últimos momentos (Vervins, 1598) quedó consolidada en 1615, mediante sendos matrimonios del rey francés con una infanta española y del príncipe heredero de España (el futuro Felipe IV) con una infanta francesa; y los éxitos militares conseguidos en el norte de Italia parecieron abrir también allí un periodo de tranquilidad (Convenio de Pavía, 1617).

Esa situación se rompió cuando los conflictos internos de los Habsburgo arrastraron a toda Europa a la Guerra de los Treinta Años (1618-48). Iniciada a propósito del enfrentamiento entre católicos y protestantes en Bohemia, la primera fase de la guerra (la correspondiente al reinado de Felipe III) enfrentó a España, aliada de Austria y de Baviera (que encabezaba a los príncipes alemanes de la Liga Católica), contra los protestantes bohemios apoyados por el Palatinado (que encabezaba a los príncipes alemanes de la Unión Protestante).

La victoria de las tropas españolas mandadas por Spínola en el Palatinado, y de las tropas de la Liga mandadas por Tilly en Bohemia, saldó esta primera fase en beneficio de los intereses españoles; pero la guerra se reanudaría en el reinado de Felipe IV en un sentido mucho menos favorable.

EL PALACIO REAL


El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial del rey de España. Está considerado el mayor palacio real de Europa Occidental en cuanto a extensión, con 135.000 m² y más de 3.418 habitaciones. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, entre el que se encuentra el quinteto de los Stradivarius Palatinos, la colección más importante del mundo de estos instrumentos, así como colecciones muy relevantes de otras disciplinas artísticas.Su construcción comenzó en 1738, según planos del arquitecto Filippo Juvara, modificados de manera notable por su discípulo Juan Bautista Sachetti. Francesco Sabatini se encargó de la conclusión del edificio, así como de obras secundarias de reforma, ampliación y decoración.Carlos III fue el primer monarca que habitó de forma continua el palacio.Fue la morada habitual de los reyes de España hasta 1931. En él continuan celebrándose las principales recepciones, actos oficiales y ceremonias de Estado, si bien la residencia privada de la Familia real es el palacio de la Zarzuela, donde los actuales monarcas se instalaron tras su matrimonio en 1962, renunciando el rey Juan Carlos I a vivir en el Palacio Real.El último monarca que vivió en palacio de manera continua fue Alfonso XIII, aunque Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, también habitó en el mismo, siendo por tanto el último Jefe de Estado que lo hizo. Durante ese periodo fue conocido como Palacio Nacional. Todavía hay una sala, al lado de la Real Capilla, que se conoce por el nombre de "Despacho de Azaña". Otra de las denominaciones empleadas para referirse al edificio es la de Palacio de Oriente; este nombre viene dado por la plaza a la que recae una de las balconadas del palacio, la plaza de Oriente, en la que también se encuentra el Teatro Real.El interior del palacio destaca por su riqueza artística, tanto en lo que se refiere al uso de toda clase de materiales nobles en su construcción como a la decoración de sus salones con obras de arte de todo tipo, como las pinturas de artistas de la talla de Caravaggio, Velázquez, Goya y frescos de Corrado Giaquinto, Tiepolo o Mengs. Otras colecciones de gran importancia histórica y artística que se conservan en el edificio son las de la Armería Real, tapices, porcelanas,relojes, mobiliario y platería.Actualmente Patrimonio Nacional, organismo autónomo dependiente del Ministerio de la Presidencia, gestiona los bienes de titularidad pública puestos al servicio de la Corona, entre ellos el Palacio Real.

LA FRAGUA DE VULCANO

La fragua de Vulcano es una obra de Diego de Velázquez realizada después de su primer viaje a Italia en 1629, los críticos están de acuerdo en fechar la obra en 1630 al mismo tiempo que su cuadro "La túnica de José". Parece ser que ambos cuadros se hicieron sin el encargo del rey, aunque sí pasaron a formar parte de colecciones reales al poco tiempo. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado donde ingresó el 5 de agosto de 1819.El cuadro describe el momento en que el dios Apolo, coronado de laurel visita el lugar donde Vulcano se encuentra fabricando armas para la guerra. La corona de laurel sobre la cabeza permite identificar al personaje como Apolo. El dios Apolo comunica a Vulcano el adulterio de su esposa Venus con Marte, dios de la guerra, por esa razón todos los personajes miran con cara sorprendida al dios que acaba de presentarse en el estudio, incluso alguno de ellos abre la boca y los ojos para indicar este gesto de sorpresa.


jueves, 27 de mayo de 2010

PLAZA MAYOR DE MADRID

La Plaza Mayor de Madrid se encuentra en el centro de la ciudad, muy cercana a la plaza de la Puerta del Sol y la Plaza de la Villa, a un costado de la calle Mayor. El nombre de la plaza ha cambiando con el paso del tiempo, debido a las guerras, golpes de estado y el paso de los diversos mandatarios de España. Algunos de ellos son los siguientes: Plaza del Arrabal, Plaza de la Constitución, Plaza Real, Plaza de la República, y finalmente pasó a llamarse “Plaza Mayor“.El origen de esta plaza se remonta al siglo XV. En ese momento se ubicaba en aquél lugar el mercado principal de la villa, entonces se construyó una primera casa porticada, o lonja, de manera que se pudiera controlar el comercio en la plaza.En el año 1580 Felipe II realizó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, empezando así la demolición de las “casas de manzanas“. El levantamiento del primer edificio para la nueva plaza fue la Casa de la Panadería.Esta plaza ha tenido tres incendios grandes a lo largo del tiempo, el primero fue en el año 1631, pero luego volvió a ser reconstruida por Juan Gómez de Mora (uno de los realizadores originales) , el segundo ocurrió en 1670, y fue reconstruida por el arquitecto Tomás Román y finalmente, el tercer siniestro fue en 1790, el cual destruyó un tercio de la plaza, siendo reconstruida por Juan de Villanueva.Las obras se desarrollaron hasta 1854, continuando pese al fallecimiento de Villanueva.En el año 1848 se instaló la estatua ecuestre de Felipe III al centro de la plaza, este monumento fue relizado por Juan de Bolonia y Pietro Tacca en 1616.La Casa de la Panadería fue restaurada en 1880 y estuvo a cargo de Joaquín María de la Vega, en 1921 fue reformado el caserío, en 1935 se hizo otra reforma hecha por Fernando García de Mercadal.Una restauración general se hizo en los años 60, cerrando el paso al tráfico rodado, habilitando un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La restauración más reciente se hizo en 1992, y consistió en la decoración mural, y estuvo a cargo de Carlos Franco.En la parte alta, en el centro de la casa de la Panadería se halla un escudo de España que tiene las armas usadas en el tiempo de Carlos II. Se compone por las armas de Castilla y de León, Aragón y Sicilia, Austria y de la Borgoña moderna, Borgoña antigua y Brabante, Flandes y las de Tirol, y el símbolo de Granada hacia el centro del escudo. Llama la atención la ausencia de las armas de Portugal, las que se habrían ubicado el escusón superior, entre las armas de Castilla y León y las de Aragón.Una de las nueve puertas más famosas en la Plaza Mayor es El Arco de Cuchilleros, ubicada en la esquina suroeste, posee una altura bastante grande, bedido al desnivel existente entre la Plaza Mayor y laCava de San Miguel. Esta obra fue realizada por Juan de Villanueva, que luego del incendio de 1790 hizo cerrar la plaza completamente, construyendo una serie de arcadas para el ingreso.
El origen del nombre se debe a que su salida da hacia la calle de Cuchilleros, donde antiguamente estaban los talleres del gremio de cuchilleros, quienes proveían sus artículos al gremio de carniceros que se ubicaba dentro de la plaza. Actualmente la Plaza Mayor y la calle de Cuchilleros son un lugar turístico destacado de España, donde podrás hallar diversos restaurantes y bares típicos de la ciudad de Madrid.Desde sus inicios, la Plaza Mayor no solo era mercado principal de la villa, sino que además fue el escenario de una gran cantidad de actos públicos, tales como corridas de toros, ejecuciones públicas, actos de fe, y la beatificación de San Isidro, el santo patrón de Madrid.
Actualmente es un lugar muy concurrido por turistas, recibiendo miles de visitas anualmente. Hay una gran cantidad de comercios de hostelería, instalados junto a los soportales de la plaza.
Cada año se celebra el mercado navideño en el mes de diciembre. Esta costumbre proviene del año 1860.


LA PLAZA MAYOR DE SALAMANCA

La Plaza Mayor de Salamanca fue construida entre 1729 y 1755, como punto de encuentro ciudadano e incluso ruedo taurino.
Está en enmarcada por cuatro fachadas de tres pisos, todas ellas de diferente longitud. En medio de una de ellas se halla el Ayuntamiento, sobre cinco arcos mayores, y coronado con una espadaña en la que reinan tres campanas.

Pétreos personajes ligados a la historia de Salamanca contemplan el animado bullicio, enmarcados en los medallones de las enjutas de los arcos.

Bajo los pórticos se abren tiendas, bares y pastelerías. Es el gran ágora de esta ciudad, capital de la cultura de la Vía de la Plata.

LA INCREDULIDAD DE SANTO TOMAS


El lienzo con la Incredulidad de Santo Tomás fue pintado para la familia Giuliani, que lo mantuvo en su colección hasta que pasó al Neue Palais de Postdam. La obra nos muestra el momento en que Cristo Resucitado se ha aparecido a sus discípulos, pero Tomás aún no cree en su identidad, por lo que Cristo mete uno de sus dedos en la llaga del costado. Este hecho, que podría parecer exageradamente prosaico, es la mayor prueba física del reconocimiento de Cristo, la definitiva demostración de su regreso desde el reino de los muertos. Caravaggio ha ejecutado una composición que converge completamente en el punto de la llaga con el dedo metido, de tal modo que la atención de los personajes del lienzo y la de los espectadores contemporáneos se ve irremisiblemente atraída por esta "prueba" física. El habitual naturalismo descarnado de Caravaggio se vuelve aquí casi de sentido científico: la luz fría cae en fogonazos irregulares sobre las figuras, iluminando el cuerpo de Cristo con un tono amarillento, que le hace aparecer como un cadáver, envuelto aún en el sudario (no es una túnica). El pecho todavía está hundido y pareciera que la muerte se resiste a dejarlo marchar al mundo de los vivos, manteniendo sus huellas en el cuerpo de Jesús.